Vida perra



Este es Napo, un amigo de otro tiempo, que en paz descanse.

En su momento, el bueno de Napo se sintió alicaído y tuvo que ir al médico. Ya he dicho antes que hubiera hecho falta la presencia de un dibujante para captar la quintaesencia de esa consulta. Me limitaré, pues, a transcribir lo mejor que pueda el guion, tal cual me ha quedado en la retina.





Cuadro 1.
Napo en el consultorio, sumiso.
Doctor auscultándolo con el estetoscopio.
Cuadro 2.
Doctor, escribiendo la prescripción: “Señor Napo, a partir de ahora, "NADA DE CARNE ROJA"
Cuadro 3.
Napo, con cara de desconcierto: “¡Pero si yo a la carne ni la veo”! Doctor: “¿?”
Cuadro 4.
Napo, con cara de infeliz: “¡A mí lo que me dan son LOS HUESOS!”
Cuadro 5.
Doctor, circunspecto, índice en alto: “Bueno, pero entonces: "¡NADA DE CARACÚ!"
Napo, con su mejor cara de desgracia.