–Así es –dijo el fantasma–, a mí me mataron sin violencia.
–¿Cómo?, ¿No usaron armas, ni químicos, ni la fuerza?
–Simplemente dejaron de dirigirme la palabra –respondió inclinando la cabeza, casi como si le pesara sobre los hombros.
Lo que me viene en ganas, lo paso por la criba de mi formación lingüística y literaria... y a veces también me lo paso por otras áreas (sin criba, por supuesto). Sin ánimo de ofender a nadie, uso la cuota de libertad que a veces, más seguido de lo que quisiera, supongo ingenuamente que me es dada. Soy RARA AVIS y escribo desde mi hemisferio derecho.